Minas del Horcajo

El paisaje está dominado por repoblaciones de pino rodeno (Pinus pinaster), sin embargo adentrándose un poco se puede encontrar una gran variedad vegetal entre las que destacan jarales (Cistus ladanifer), helechos (Osmunda regalis) y especies arbóreas como rebollos (Quercus pyrenaica), quejigos (Quercus faginea), castaños (Castanea sativa) e incluso repoblaciones mediante abetos de Douglas (Pseudotsuga menziesii) y cedros del Himalaya (Cedrus deodara), que conforman un bonito paraje.

Hasta el año 1858 en que se descubren las minas de galena argentífera no aparecen muchas más menciones.

Por estas fechas la población de El Horcajo ya asciende a 2000 personas, con 85 hombres y 290 caballerías dedicados al transporte del mineral.

Sus características son las propias del tipo mediterráneo continentalizado, fuertes oscilaciones térmicas estacionales y diarias, aunque suavizadas por el abrigo de las sierras que rodean la pedanía.

Aunque actualmente ha quedado reducido a un montón de escombros y algunas casas de veraneo, hubo un tiempo en que El Horcajo, como siempre ha sido conocido, fue un pueblo animado, vivo, rico y con futuro.