Los actores que realizaban este tipo de piezas teatrales también eran llamados mimos.
Entre otros términos relacionados con el mimo suele señalarse que magodo (o magodia) y lisiodo designaban diversas variantes del mismo: Aristoxeno señalaba que el magodo representaba personajes masculinos y femeninos con atuendos de mujer mientras el lisiodo representaba personajes femeninos con ropas de mujer y masculinos con ropas de hombre.
Por su parte, Ateneo describía algunos temas que empleaba el magodo: danzas afeminadas, representaciones de mujeres, chulos, adúlteros, o borrachos que durante una juerga se presentaban en casa de su amada.
Entre la diversidad de temas que se pueden adscribir al mimo se encuentran también los siguientes: asistentes a una fiesta que relatan lo ocurrido en ella, ensueños, invocaciones a Hécate por desengaños amorosos, zapateros, ladrones desvergonzados y alcahuetas.
Otro de los principales representantes del mimo fue Herodas, un poeta helenístico autor de los llamados Mimiambos en las que usó una lengua y un estilo métrico, (el coliambo o yambo cojo), inusuales, ya que habían sido propios del siglo VI a. C., siguiendo así la moda estética de su época.