[4] Como jefe directo de la milicia fue nombrado el general José Monasterio, que a su vez contó con dos subjefes y dos asesores políticos.
[6] Durante el resto de la contienda la Milicia Nacional tuvo un papel relativamente secundario.
[7][8] El final de las hostilidades trajo consigo la desmovilización de numerosos efectivos militares del bando franquista, algo que también afectó a las milicias del partido único.
[11] En 1941 el general José Moscardó fue nombrado jefe de la Milicia Nacional.
[16] La fuerza paramilitar de Falange se organiza en unidades armadas que imitan la estructura del ejército.