Miguel de la Fuente

Influido por el ambiente estudiantil parece ser que su fervor religioso disminuyó.Se movió por varios conventos de Valladolid, Segovia y Ávila, aquí, tras una mala experiencia en la lectura de un sermón, vuelve a concentrase en una vida de rigor, ascetismo y predicación.Su fervor le mereció fama de santo.Al día siguiente el pueblo toledano se volcó en masa sobre el convento del Carmen, tomándose medidas de precaución frente a la avalancha de fervorosos devotos.Su cuerpo se conserva en el convento de las MM.
Retrato de Miguel de la Fuente según un grabado de Richard Collin