Miguel Odriozola inicia su trabajo profesional en Galicia, comunidad con la que mantuvo una relación permanente por su vinculación al sector agropecuario del territorio.
Desde 1933 estuvo adscrito como ingeniero agregado a la Granja Agrícola de La Coruña, pero el director del recientemente creado Instituto de Investigaciones Agrarias, del que dependía esta, le permitió continuar desarrollando su trabajo en la Misión junto a su maestro Cruz Gallástegui Unamuno.
Desde su fundación la piara ha mantenido el aislamiento reproductor y no se ha interrumpido su aplicación a la investigación del cerdo ibérico.
Sus trabajos sobre la raza Large-White tuvieron eco internacional importante y los primeros resultados obtenidos en la granja pontevedresa se publicaron como primicia en Inglaterra en 1938.
Entre sus discípulos se encuentra Carlos Castrodeza, a quien le dirigió su tesis sobre la especialización animal.
[3] Fue elegido miembro de honor del I Congreso Mundial de Genética Aplicada a la Producción Ganadera, realizado en Madrid en 1974, en el que además pronunció la conferencia inaugural.