Posteriormente este último, lo designó al frente del Consejo Económico Nacional, donde lo asesoraba constantemente.
[2] Primeramente se desempeñó como director del Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI), previamente a llegar a la presidencia del Banco Central; aunque creado por Farrell, era un organismo que el entonces coronel Perón había proyectado.
Entre 1946 y 1948 todas las líneas férreas fueron estatizadas bajo la órbita de la Empresa de Ferrocarriles del Estado Argentino (EFEA, luego Ferrocarriles Argentinos)[4] y recibieron nombres de personalidades destacadas de la historia argentina: San Martín, Belgrano, Sarmiento, Urquiza, Mitre y Roca.
En la nacionalización de los ferrocarriles se incluían unas 25.000 propiedades inglesas que aparecían como bienes indirectos y en los cuales se encontraban puertos como el de Bahía Blanca, empresas eléctricas, empresas de tranvías, de transportes automotores, hoteles, etc.[5] entre 1947 y 1949 se alcanzaron acuerdos comerciales con Suiza, Hungría, Italia, los Países Bajos, Noruega, Finlandia, Dinamarca, Brasil y Suecia Tras abandonar la presidencia del Banco Central, Perón que lo llamaba el zar de las finanzas argentinas lo nombra al frente del recientemente creado Consejo Económico Nacional, donde lo asesoraba en el proyecto económico que había iniciado el peronismo, principalmente el Plan Quinquenal.
Perón, en su libro escrito en el exilio en 1958 La fuerza es el derecho de las bestias, reconoce que Miranda era un verdadero genio.