Fue el pequeño de trece hermanos, hijo del constructor Juan Bautista Viada y Teresa Bunyol.
Marchó en 1808 a Maracaibo (Venezuela), donde se dedicó al comercio marítimo de productos locales, especialmente cacao, añil, brasil, palo mora y cafè, en el ámbito antillano y con la península.
Poco después marchó de nuevo, esta vez a La Habana, que se había convertido en un próspero centro comercial por donde pasaban todas las mercancías de la ex-colonias con destino a España.
Mucho se ha especulado sobre las razones por las que escribía su apellido con B en vez de la V originaria, ya desde su etapa en Maracaibo.
Cuando llegó a La Habana hacia 1825 el apellido estaba consolidado con la grafía B.
En seguida se reconoció públicamente su imprescindible papel como responsable económico de la empresa, que había superado las crisis financieras de 1846 y 1848 gracias a su esfuerzo y constancia.