Arroyo viaja junto al pintor, permaneciendo en esa ciudad durante dos años.
[2] En 1948 dicta una conferencia Realismo y Abstraccionismo: confusión de términos, en el Centro Cultural Venezolano-Soviético.
En esta defiende las tendencias abstractas que comienzan a despuntar en el arte venezolano.
[3] En 1949 abrió junto a dos socios la tienda Gato, pionera en comercializar objetos ornamentales y de diseño.
En este local producía cerámicas, esmaltes y muebles de inspiración moderna.
Gracias a su labor se incorporó el dibujo, la estampa, la fotografía y las artes aplicadas en la colección del museo.