Por su parte, Domínguez contó la historia inverosímil de que él había sido un hombre honesto que en alguna ocasión había sido asaltado por un oficial mexicano.
Al principio recibió la encomienda de mensajero entre Puebla y Xalapa, pero al poco tiempo Hitchcok le propuso formar una partida de exploradores y espías.
El resultado fue que en breve fueron delatados planes y detenidos civiles y militares mexicanos, como se desprende de una carta escrita en Puebla por el propio Winfield Scott al coronel Thomas Childs que se encontraba en Jalapa.
Según los relatores de la toma de aquel fortín, el general Pedro María Anaya, quien fue hecho prisionero, vio a Domínguez y a los demás contraguerrilleros, e En esta batalla fueron capturados 80 efectivos del Batallón de San Patricio que habían desertado del ejército norteamericano y como dato curioso, Hitchcok se mostró indignado por su atrevimiento de tomar las armas contra los Estados Unidos.
Los hombres de Domínguez se dedicaron a desarmar guerrillas que aún operaban en Puebla y Tlaxcala, como la escaramuza a los guerrilleros de Cirilo León.