Fue descubierta en 1868 en la provincia de Mendoza (Argentina), siendo nombrada así por esta localización.
Un sinónimo menos usado es el de mendozita.
Químicamente es un sulfato de sodio y aluminio muy hidratado.
Es muy soluble en agua, por lo que sólo puede ser encontrado al descubierto en regiones desérticas.
Suele encontrarse en los yacimientos asociado con el mineral tamarugita.