Permite desempeñar acciones de forma inconsciente, como por ejemplo, escribir, o montar en bicicleta.
[5] En otro experimento se les dio a dos grupos de personas una bebida carbonatada con un sabor determinado.
[6] Es un asunto debatido el hecho de si las actitudes implícitas (esto es, aquellas que se encuentran presentes en los individuos sin que estos sean conscientes de su existencia) pertenecen a la categoría de memoria implícita, o simplemente responden a un acercamiento pragmático a la afirmación del conocimiento.
Recientemente, el interés se ha centrado en el estudio de estas diferencias, principalmente basándose en la investigación con pacientes amnésicos y el efecto del primado o priming.
Las pruebas más firmes que sugieren una separación entre memoria implícita y explícita se derivan de los estudios realizados con pacientes amnésicos.
Como sucede en experimentos similares, estos pacientes mostraron un desempeño correcto a pesar de afirmar que no recordaban haber realizado la tarea previamente.
[8] Estos resultados indican que los mecanismos que subyacen al funcionamiento de la memoria declarativa a largo plazo no sustentan el funcionamiento de la memoria implícita.
A partir del estudio de pacientes amnésicos se derivan otras pruebas que indican una separación entre las memorias implícita y explícita.
En un estudio de 1981 realizado por Jacoby y Dallas, se les proporcionó a los sujetos una lista de palabras y se les pidió que realizaran diversas actividades sobre ellas.
En este caso, existió un ligero declive del efecto de primado.