Memnón de Rodas

La carrera del rodio Memnón como líder mercenario estuvo ligada al principio con la de su hermano Mentor.

A pesar de que Mentor y Memnón eran militares muy hábiles y que fueron ayudados por un contingente tebano, fueron incapaces de repeler al ejército persa enviado para la ocasión por Artajerjes en los primeros meses del 354 a. C. Artabazo y su familia huyeron a la corte del rey macedonio Filipo II de Macedonia, donde el rey les invitó a quedarse tanto tiempo como desearan.

Memnón se exilió con ellos pero Mentor prefirió marchar a Egipto para continuar con su vida de mercenario.

Como recompensa por sus servicios, Mentor obtuvo del rey el permiso para que Memnón, Artabazo y los suyos, pudieran regresar a casa.

Si Alejandro se movía hacia el sur para tomar Éfeso o Mileto podrían atacar su retaguardia, y si se movía hacia al este en su dirección, su posición era lo suficientemente fuerte como para resistir el envite de un gran ejército.

La ciudad debía ser obligatoriamente tomada por los macedonios antes de partir al este, ya que en caso contrario podía ser utilizada para atacar su retaguardia.

Desafortunadamente (para los persas) o afortunadamente (para los macedonios), Memnón fallecía de causas naturales durante el asedio a Mitilene en agosto del 333 a. C. Darío nombró a Farnabazo como su sucesor, y éste demostró ser un alumno aventajado de su cuñado Memnón.

Consiguió muchos éxitos al principio aunque tras la batalla de Isos, Alejandro pudo capturar las ciudades fenicias y eso significó finalmente el desmembramiento de la flota persa y prácticamente el fin del imperio aqueménida.