Agis III no aceptó de buen grado la hegemonía macedónica, y cuando se inició la guerra contra Persia comenzó a conspirar.
En 333 a. C. el rey, con un pequeño trirreme, se acercó a los comandantes persas del Egeo, Farnabazo III y Autofradates a pedir dinero para llevar a término ataques contra Alejandro Magno en Grecia,[1] pero solo recibió 30 talentos y 10 trirremes, y al recibir las noticias de la batalla de Issos hubo de cancelar sus planes.
Envió los 10 trirremes a su hermano Agesilao con instrucciones de que marchase con ellos a Creta para asegurar los intereses espartanos en la isla, y parece que Agesilao le obedeció.
Al conocer el desastre de Zopirión y la revuelta que había estallado en Tracia (331 a. C.), los aliados iniciaron la guerra, y Agis III recibió el mando del ejército aliado formado por el ejército lacedemonio y un cuerpo de ocho mil mercenarios griegos que habían estado en la batalla de Issos.
Entonces otras ciudades de Grecia se unieron a los aliados griegos, y Megalópolis fue asediada.