En tal caso se emplean métodos físico-químicos, incluyendo quimiometría de parámetros usuales (conductividad eléctrica,[2] HMF, pH, color), análisis sensorial,[3] que puede ser optimizado con compuestos de referencia; análisis de compuestos volátiles (con o sin SPME).
En el actual estado del arte una combinación de métodos físico-químicos, palinológicos y análisis sensorial[4] permite una completa determinación del producto.
Sin embargo, la decisión de pureza monofloral se hace mediante métodos organolépticos.
[5] Con la última modificación de la norma chilena, se reconocen mieles mono-, bi- y poliflorales (NCh2981 2005).,[6][7] La terminología se encuentra en los artículos NCh616 "Clasificación y requisitos generales" y NCh617 extracción de muestras y métodos de ensayo.
Para el rotulado de miel filtrada véase el protocolo argentino[8]