Tradicionalmente, el tamaño de los cuernos del alce irlandés se ha considerado exagerado.
Los ciervos gigantes eran animales pastadores que se nutrían de abundante hierba y plantas arbustivas en las grandes y frías llanuras que cubrían Eurasia durante gran parte del Pleistoceno.
Los individuos jóvenes o enfermos también podían caer víctimas de lobos, hienas y osos.
Al igual que otros cérvidos, es probable que los machos reuniesen harenes de hembras en la época de celo tras luchar cabeza contra cabeza con otros machos rivales, y que al final del invierno estos grupos se disolviesen, siendo la hembra la única cuidadora de su única cría.
La especie aparece registrada por primera vez en Asia Central y Europa del este hace casi medio millón de años.
En su momento de mayor extensión, los ciervos gigantes llegaron hasta Irlanda y la península ibérica, pero nunca pisaron América, como sí hicieron otros animales como el bisonte estepario y el mamut.