Los valles son radiales desde el punto original de crecimiento, y divididos en intervalos regulares, manteniendo un ancho continuo.
[3] Los septos de los valles adyacentes suelen disponerse en zig-zag, son exsertos y arqueados.
Encontrándose desde aguas someras hasta los 80 m de profundidad, aunque es más común entre los 8 y los 30 m.[5] Los pólipos contienen algas simbióticas llamadas zooxantelas.
Las larvas deambulan por la columna de agua hasta que se posan y fijan en el lecho marino.
Una vez allí, se convierten en pólipos y comienzan a secretar carbonato cálcico para construir su esqueleto, o coralito.