Tras estas decisivas victorias, ostentó el cargo de jefe del Estado Mayor en el Frente Oriental.Cuando estalló la Primera Guerra Mundial en el verano de 1914, el teniente coronel Hoffmann era jefe adjunto del Estado Mayor del 8.º Ejército alemán, la única unidad militar alemana que en ese momento defendía Prusia Oriental de un ataque ruso.Los dos ejércitos rusos estaban demasiado alejados para ofrecerse apoyo, algo que Hoffmann supo gracias a mensajes de radio interceptados.Finalmente, todas las tropas germanas del frente oriental acabaron estando bajo mando de Max Hoffmann.Hoffmann se retiró cien kilómetros al tiempo que solicitaba a Ludendorff el envío de refuerzos desde el frente occidental para acabar definitivamente con Rusia.En sus memorias publicadas tras la guerra,[4] Hoffmann critica al Alto Mando alemán, incluidos Hindenburg y especialmente Ludendorff.