Hablando de su arte Mejíaz dirá: Sus esfuerzos empiezan a dar sus frutos.
La otra corriente es onírica, imaginaria, cercano al surrealismo cuyos finos filamentos unen el cielo y la tierra.
Mauro Mejíaz se recogerá sobre él mismo durante un periodo llamado " visceral ", porque las imágenes de su pintura son órganos y articulaciones internos.
Traduce sus aspiraciones profundas y determinara su técnica casi de una manera exclusiva en lo sucesivo e irrevocablemente.
Mauro Mejíaz considera que el pincel es rey y que con una tenue capa de pintura tradicional puede expresar todo su mundo íntimo sin recurrir a artificios revolucionarios ni a pujas fáciles.Su novedad, y de ello es plenamente consciente, estriba en su inspiración onírica y no en el empleo de recursos chillones o extravagantes.
En cuanto a su universo interior es tan imposible de comprobar como profusa su significación : es una visión tan original como incalificable para que pueda prevalecer ninguna apelación exclusiva, pintura fantástica que no responde a la definición de lo fantástico, surrealismo en disconformidad con sus divisas, pintura onírica que se contenta pura y simplemente de registrar los sueños.