[2] Considerado uno de los más activos propagandistas antisemitas desde la etapa republicana,[7] mantuvo amistad con el también escritor Eduardo Comín Colomer,[8] el comisario Santiago Martín Báguenas, y el general Emilio Mola.
[11] Ya establecida la Segunda República, en 1932 participó en la Sanjurjada con el cometido de encubrir la conspiración desde su privilegiada posición.
[14] Como miembro activo de este grupo conspirador clandestino, también se dedicó en sus inicios a redactar y distribuir en medios militares propaganda golpista; un ejemplo fue su panfleto Asesinos de España, del que se distribuyeron cien mil ejemplares gratuitamente entre oficiales del Ejército, en el que incitaba al odio y exterminio de judíos, izquierdistas y masones.
[2] Tras su huida al país luso, volvería a España poco después del estallido de la Guerra Civil, instalándose en la zona sublevada.
[7] Autor de El comunismo en España,[2][9] donde sostiene que debían ser colgados políticos como Largo Caballero o Indalecio Prieto,[13] sus trabajos se encuadran en la antimasonería y el anticomunismo.