Matilde de Escocia

Al subir al trono inglés Enrique I en 1100, decidió desposarse y encontró en Edith la candidata ideal, por ser descendiente, por línea materna, de los antiguos reyes anglosajones de Inglaterra; así, los eventuales hijos de esta unión tendrían en sus venas sangre normanda y anglosajona, con lo que se unificarán ambos linajes.

[1]​ Pero se desató la controversia cuando se aseguró que Edith habría hecho los votos durante su estancia en Ramsey; la joven princesa declaró que nunca tomó el velo, y si en algún momento llegó a usarlo fue por orden de su tía Cristina, para salvarla de la "lujuria de los normandos", pero de inmediato lo rechazó y arrojó al suelo, siendo fuertemente reprendida por la abadesa.

La nueva reina estableció su corte en Westminster, pero acompañó a su esposo en su recorrido por toda Inglaterra en 1106-1107 y también visitó con él su ducado de Normandía.

Su corte estuvo rodeada de poetas y músicos, creciendo con ello su popularidad, pues, además, era muy parecida a su madre, siendo una ferviente católica y ayudando a los más necesitados, como ella lo hizo en Escocia.

Asimismo, encargó a Turgot que escribiera una biografía de su madre, Santa Margarita.