A partir de este evento, se creó un Comité Ejecutivo del cual ella fue parte como secretaria general, y se dio una primera consolidación del movimiento de mujeres palestinas frente a las dinámicas políticas y sociales que iban apareciendo, entre ellas, "la Declaración Balfour, la inmigración sionista, la Ordenanza de Castigo Colectivo y el maltrato a los prisioneros árabes por la policía".
Siguió presidiendo su organización y en 1980 regresó finalmente a los Estados Unidos hasta su fallecimiento en 1992.
Una de las acciones más representativas fue el discurso dado frente a Sir Edmund Allenby, el comandante británico que quitó el poder de Jerusalén a los otomanos, liderando la creación del Gobierno del Mandato Británico en Palestina.
Deseamos hacerle saber a todas las naciones en Oriente y Occidente que, a pesar de tal administración imperialista, continuaremos trabajando, completamente unidos, hasta que alcancemos nuestras promesas nacionales.
Una administración mezclada de tendencias Coloniales y Sionistas fue establecida en el país contrario a los deseos del pueblo.
No dejen que ese día llegue cuando la acción colectiva más efectiva y aplastante sea ejercida por cada Árabe en este país, pues las consecuencias de ese día no serán deseables.
Ejemplo de ello, esta su relato del porqué "el gobierno del mandato no podía aprobar legislación para aumentar la edad mínima legal de casamiento para una niña (a catorce años) al no tener un consejo legislativo electo por el pueblo".
Siempre centrada en la importancia de la convivencia religiosa dentro del territorio que comprende los Lugares Santos, Jerusalén, Palestina.
Para finalizar, cabe resaltar que Matiel propone al final de su texto una solución al problema que aqueja Palestina, manteniendo sin embargo, una actitud de desesperanza y desolación frente a los acontecimientos.