Mateo Salado

Dicho conjunto monumental conforma ahora el llamado complejo arqueológico Mateo Salado.

[2]​ Durante varios años vivió como un ermitaño, y la gente le tenía por loco, pues no mostraba mucho cuidado de su persona.

Aprovechaba la ocasión para hacer notar lo que consideraba los errores de la Iglesia católica, como el adorar o reverenciar una cruz, la opulencia y la vida disipada de los ministros, y otras críticas propias del luteranismo.

Toda esta prédica desaprensiva le hizo sospechoso y cuando se instaló la Inquisición en Lima, fue puesto en prisión en mayo de 1570.

Atendiendo a su presunta locura, pidió el fiscal que la causa fuese sobreseída.

Celebración de un Auto de Fe en la Plaza Mayor de Lima .