Mateo I de Constantinopla (en griego: Ματθαίος Α΄) fue el patriarca de Constantinopla desde 1397 hasta 1410.
Mateo fue elegido con el apoyo del emperador Manuel II Paleólogo en noviembre de 1397.
El patriarca fue luego cuestionado por su falta de capacidad para llevar a cabo sus funciones por el clero que apoyado por Juan VII Paleólogo, quien se aprovechó de la ausencia del emperador en Occidente desde 1399 para eliminarlo.
Cuatro días después de su regreso, el 14 de junio de 1403, Manuel II consiguió por la fuerza obligar a los obispos a restaurarlo.
El Patriarca Mateo I murió en agosto de 1410.