Esta raza desciende directamente de los grandes molosos asirio-babilónicos, que más tarde fueron difundidos por los romanos por toda Europa.
Dada su fuerte historicidad, el mastín napolitano representa un verdadero «monumento viviente» de la cinología moderna.
Según la cinología inglesa, en cambio, el mastín fue llevado a Britania por los fenicios en el año 500 a. C. de allí se habría iniciado la difusión por Europa.
Pesado, macizo, fornido y de gran tamaño, la longitud del tronco sobrepasa en un 10% la altura a la cruz.
Requiere ejercicio debido a su tamaño grande y son poseedores de una gran fuerza.
El mastín napolitano debe ser nutrido especialmente con carne (1 kg al día) y arroz o pan.
No debe ser engordado con sopas y/o verduras pues llegaría a ponerse flácido y perdería vivacidad.
El prolapso de la glándula nictitante es una enfermedad que afecta en especial al hipertipo del mastín napolitano.
[9] Estas enfermedades a menudo requieren cirugía, lo cual es directa consecuencia exceso de piel no natural.
[15] Por su exceso de piel, los hiper típicos, son propensos a ser infectados con leishmaniasis.