Mary Hempstead Lisa

No obstante, su primer marido murió al poco tiempo, dejándola viuda a una edad muy temprana.

Allí descubre que sus hermanos, Edward y Stephen Jr., habían prosperado hasta convertirse en reputados políticos y empresarios de una ciudad que había crecido de modo vertiginoso desde que los exploradores Meriwether Lewis y William Clark habían regresado de su célebre incursión en el oeste.

[3]​ Por motivos desconocidos, Hempstead comenzó a fraguar una buena relación con el explorador español Manuel Lisa, un reputado trampero que había obtenido fama como empresario y agente indio.

[4]​ Con gran probabilidad fue su propio padre, o incluso su hermano Edward, el que le había presentado a Manuel años atrás, ya que la familia Hempstead había adquirido desde hacía varios años un porcentaje importante de la Compañía peletera de Lisa: la Missouri Fur Company.

Compartieron un profundo respeto y una fascinación común por los pueblos indígenas del continente.

Hempstead aceptó que Lisa estuviese casado con Mitain, una mujer india de la tribu omaha, e insistió en poder conocerla algún día.

Su hijo Christopher murió a una edad temprana, por lo que dedicó sus cuidados como madre a Rosalie, la hija de Lisa y Mitain, que vivió muchos años y contrajo matrimonio con un abogado estadounidense.

[1]​ En sus últimos años se mudó a Galena, en Illinois, dónde aún vivía su familia.