Acerca de su habilidad como pintor no se atrevía a pronunciarse, al no conocer de su mano otra cosa que los entonces muy maltratados frescos que se encontraban en el refectorio del convento de la Merced calzada, aunque la relevancia del encargo y las funciones desempeñadas en la academia le hacían suponer que fuese pintor acreditado.
Del mismo año 1660 es la primera obra de la que se tiene noticia: un San Lucas para la capilla del gremio de los pintores en la iglesia de San Andrés, de la que fue alcalde en 1671 por nombramiento del Concejo.
[3] En 1666 dio a la academia «un lienço pintado con el retrato de Felipe IIII y otros adornos en el dicho lienço y se adbierte que lo da para que siempre esté en la dicha academia mientras dicho lienço durase».
[4] El retrato en busto del rey, que había muerto un año antes, enmarcado en una orla con alegorías de la pintura, lo habría dado a la academia junto con cierta cantidad de carbón para los braseros del modelo vivo, según Ceán, para saldar una deuda.
Adquirido por Stirling-Maxwell, se conserva actualmente en su residencia de Pollock House, en Glasgow.