Marquesado de Villa de Orellana

[3]​ El trámite para obtener el título se inició oficialmente con la respuesta recibida por Clemente Sánchez de Orellana desde el despacho del rey Fernando VI el 15 de julio de 1748.

[4]​ El I Marqués pagó el valor total de 2.250 ducados, que se causaron al Derecho de la media annata; de estos, 750 ducados correspondían al título de Vizconde de Antizana que precedió y quedaba suprimido según las reales órdenes, y los 1.500 ducados restantes por el título marquesal en sí mismo.

[4]​ El 27 de abril de 1753, en cambio, se expidió una cédula real en la que se le autorizaba al primer marqués la constitución del Mayorazgo de Villa de Orellana, mediante el cual vinculaba las propiedades más importantes que poseía en la Real Audiencia de Quito, para así garantizar el lustre familiar en las generaciones futuras.

[5]​ La línea directa del marquesado original tuvo corta vida debido a que, tras la independencia en 1824, el general Simón Bolívar promulgó una ley por la que se abolían todos los privilegios y títulos de la nobleza en las tierras de la recién creada Gran Colombia, misma que sería ratificada más tarde por el novísimo estado de Ecuador.

Sin embargo, el título fue rehabilitado en España en 1924 por el rey Alfonso XIII, a favor de Jaime Díez de Rivera y Figueroa, que se convirtió (oficialmente) en el segundo marqués (reconocido) de Villa de Orellana.

Retrato de Don Clemente Sánchez de Orellana, conservado en el Museo Nacional de Medicina, Quito Ecuador
Monasterio de Santa Engracia de Zaragoza , renovado con el dinero pagado por Clemente Sánchez de Orellana como impuesto por la concesión del título de Marqués de Villa de Orellana en 1753.