Maria Michi
Comenzó realizando pequeños papeles en el teatro, bajo la dirección de los directores Sergio Tofano y Diana Torrieri, durante la temporada 1942-1943.La crítica Irene Bignardi dijo de ella que era "una mujer muy cercana a la resistencia y al Partido Comunista".[1] A través de su compañero, el guionista italiano Sergio Amidei, conoce al cineasta Roberto Rossellini, quien le ofrece su primer papel en el cine, siendo el del personaje de Marina Mari en la película Roma, ciudad abierta (1945).Tras casarse, Michi dejó el mundo del cine y regresó al teatro, trabajando en obras con el director Guido Salvini.[2] Reanudó su carrera en el cine en los años 1960 y 1970, llegando a trabajar en películas como El último tango en París de Bernardo Bertolucci.