Marero es el término usado en las comunidades huilliches del sur de Chile para referirse a la persona que viajaba desde el interior hasta el Océano Pacífico para recolectar los mariscos, peces y algas como el cochayuyo o coyofe.
Así, los viajes al mar, junto con ser un desplazamiento físico en un lugar y tiempo determinado, se constituían también en un viaje metafísico, transformándose en una posibilidad real de integración entre el mundo cotidiano y el simbólico retorno hacia el fundamento de su ser espiritual huilliche.
Muchas veces se juntaban varios mareros para realizar el viaje al mar, y comúnmente cada uno debía plantar una vara de latúe.
La línea costera donde frecuentemente se mariscaba, era desde norte a sur: Llescaihue, Caleta Manzano, Choroy, Traiguén, Pucatrihue y en tiempos remotos alcanzaban hasta la bahía de Bahía Mansa y la playa de Maicolpue.
Una vez terminada su labor, agradecían al abuelito Huenteao; y pedían en silencio una buena protección para el camino de regreso a su tiempo cotidiano.