Su prodigiosa voz lo llevó a ser el primer lector del “Reporter Esso, el primero con las noticias”, espacio noticioso de tres minutos cada hora que nació en la emisora Nueva Granada de Bogotá, experiencia que lo llevó a residenciarse en la capital por algún tiempo.
Informando se difundió por varias emisoras barranquilleras; fue su director hasta 1994, cuando terminó leyéndolo su hijo Marcos Pérez Quintero.
Después se sintió frustrado y no volvió a adelantar ese tipo de gestiones.
Era conservador, como el candidato, e hizo popular la frase “Ahora o nunca, Evaristo Presidente".
Entre los refranes que institucionalizó para opinar sobre la cotidianidad barranquillera –varios de los cuales aún se escuchan- figuran “Ah, ñoñi”, “A esto se lo llevó Pindanga”, “Hombe, no me haga reír que tengo el labio cuarteado”, “La noche está tigrera y el camino es culebrero” y “Está en su yeré”, al cual Lucho Bermúdez le hizo una canción.
Pérez Caicedo se encontraba hacía varias semanas en Miami, y esperaba permanecer allí hasta agosto.