Es autor de la primera novela moderna en gallego, Maxina ou a filla espúrea.
Abandonó también las actividades políticas, a las que había dedicado parte de sus energías durante algún tiempo y en el curso de las cuales llegó a ser diputado.
Como estudioso de la lengua, es autor de un diccionario gallego-castellano con 11 000 vocablos que recogió entre 1850 y 1884, al que incorporó como referencia 240 cántigas y 460 textos en prosa, en su mayoría literatura popular.
Aparecieron después «A fonte do Pico Sacro», de acento didáctico, en quintillas y «A castañeira en Santiago», monólogo de cierta calidad.
Como novelista vino a ser, cronológicamente, el primer autor del Rexurdimento.