Se fueron celebrando asambleas en cada localidad que la marcha visitaba, con el ánimo de dar voz a todas las inquietudes y propuestas de estos pueblos para ponerlas en común a la llegada a Madrid y hacerlas llegar al Gobierno.
Durante la marcha, aparecieron manos rojas y se fijaron carteles en las fachadas de bancos y ministerios con la leyenda de "CULPABLES" en alusión a la crisis actual, los rescates hechos por el Gobierno a la banca y los recortes en política social.
Debido a la afluencia, se bifurcó en dos columnas para evitar masificaciones, partiendo una hacia Gran Vía y dejando pancartas en el Edificio de Telefónica.
[4] La manifestación terminó con una protesta espontánea a las puertas del Congreso de los Diputados, que terminó acampando delante de los dispositivos policiales dispuestos para la ocasión.
El diputado Gaspar Llamazares se compromete a leerlo en el Congreso y lo hizo llegar al Presidente del Gobierno, dejando claro su total desvinculación con el Movimiento 15-M.[9] [10]