Marcha Estatal contra las Violencias Machistas

El acto final consistió en la lectura, en los diferentes idiomas del estado Español, de un manifiesto que recogía las denuncias y reivindicaciones consensuadas durante nueve meses, mediante comisiones de trabajo, por las organizaciones convocantes.La marcha 7N se decidió y organizó en el contexto de los asesinatos machistas cometidos en el transcurso del año 2015.Previamente a la movilización, en los distintos territorios de la geografía española se habían constituido plataformas unitarias que salían a la calle tras cada asesinato machista para expresar su rechazo y exigir medidas concretas.[6]​[7]​[8]​ El argumento fuerza era que frente a los 829 asesinatos cometidos por ETA desde 1960, las asesinadas por las violencias machistas, contabilizadas desde 1995, alcanzaban la cifra de 1378.La dimensión real del problema quedaba invisibilizada y sin que se destinaran recursos para combatirla.Se reclamaba también que las organizaciones feministas, con todo su bagaje, fueran tenidas en cuenta en el diseño de la estrategia.En un primer momento, la propuesta se lanzó a través de las redes sociales.El eslogan 'Marcha Estatal Contra las Violencias Machistas (7N)' y la denominación unitaria "movimiento feminista" bajo la que sería convocada la manifestación.Así mismo, en estas reuniones se consensuaron los contenidos y la terminología del manifiesto.Con estas expresiones el movimiento feminista se refería a ideas y conceptos sobre la violencia tales como "violencia contra las mujeres por el hecho de serlo"; "violencia que no sólo se circunscribe al ámbito de la pareja o expareja, sino que hay otras muchas y que estas violencias debieran ser tratadas como terrorismo y, por tanto, ser una cuestión de Estado.Con hashtags tales como #7N, #TerrorismoMachista o #CuestiónEstado, la convocatoria había sido difundida ampliamente a través de las redes y, así mismo, dos días antes, hubo ruedas de prensa informativas en los diversos territorios a la que asistieron numerosos medios.El inicio del año 2016, con once mujeres y una niña asesinadas había sido el peor de la última década y la respuesta institucional seguía sin satisfacer a las organizaciones feministas.