Marcelo de París o San Marcelo y en francés, Saint Marcel, nació en París en la Isla de la Cité en una familia humilde que vivía cerca de Petit-Pont.
Al no morir en martirio, San Marcelo fue canonizado por el prodigio que habría realizado, dando origen a la leyenda de San Marcelo, por la que habría combatido y vencido a un dragón que aterrorizaba a París, por un solo golpe de su báculo pastoral.
San Marcelo es representado con su báculo y un dragón.
La representación tiene lugar cuando Marcelo alancea con su báculo la boca del dragón.
Otras esculturas representan escenas de su vida.