Recién nacido fue adoptado por Eduardo Lillo y Amelia Espinoza, sus padres oficiales.
Nunca quise saber de mi madre biológica ni tuve angustias por eso.
[3] No tuvo que usar la pistola: cuando, después de casi cuatro años, ya se le estaba acabado el dinero, fue publicado, en España, su primer libro, El fumador y otros relatos.
Corría el año y había cumplido ya 50 años.
"Estuvimos a cien días de pegarnos un balazo, nos quedaban trescientos mil pesos.
[2] De creer sus declaraciones Lillo es un misántropo, al que no le gusta casi nada de este mundo: "Yo no le temo a la muerte, en absoluto.
Por eso escribo novelas y cuentos, para olvidarme de los oficios siniestros que alguna vez ejercí", explicaba.
[5] Además de los citados volúmenes de relatos, Lillo ha publicado dos novelas: Este libro vale un cadáver (2010), que "comienza cuando un padre es despertado con la trágica noticia de que su único hijo está muerto, que fue encontrado desangrado, tras cortarse las venas",[6] y Niebla City (2012), obra esta última que comienza el día del terremoto ocurrido en Chile en febrero de 2010.
Ahí conoció a Margarita, que quería aprender teatro y lo veía pasar por el Mercado Municipal donde ella vendía flores junto a su hermana mayor.
Me carga ver a la gente esclava de sus hijos.
Sin tener libertad, yo quiero ser libre para escribir y he tomado este camino.
El joven que hoy tiene 10 o 14 años es muy diferente a cuando yo tenía esa edad.
Me parece que este concurso abre las posibilidades y los límites hacia los cuales la literatura debería llegar”.