María tenía el rango de princesa extranjera en la corte francesa y fue estilada como Su Alteza Mademoiselle d'Armagnac.
Se casó a la edad de trece años, por ello la vivaz y joven María prefería vivir lujosamente, y fue acusada con frecuencia de haber sido infiel a su marido, que era unos 13 años mayor que ella.
María fue enviada a Mónaco por su consorte durante su servicio militar en 1692, donde fue acompañada por su esposo poco después.
Hubo un gran escándalo cuando afirmó que su suegro, el anciano Príncipe de Mónaco Luis le había hecho insinuaciones sexuales a ella, aunque posiblemente lo hizo como una forma de recibir el permiso para regresar a París, cosa que hizo en 1693 y permaneció allí por los siguientes cuatro años.
María pasó los últimos años de su vida en silencio, sin escándalos, y con frecuencia regresó a la corte francesa.
Su marido murió en 1731 y fue sucedido por su hija Luisa Hipólita Grimaldi, quien se convirtió en la Princesa de Mónaco por derecho propio.