La Virgen de la Esperanza fue realizada por el imaginario onubense Sebastián Santos Rojas, en el 1956.
Sus cejas son poco arqueadas, acompañadas de mejillas rojas, y la boca entreabierta, que muestra la lengua proyectada hacia adelante, y tiene los dientes superiores tallados, connotando una expresión de suspiro y dolor por la muerte de su hijo, pero con la esperanza, de que el dolor ha terminado, y su hijo resucitará.
Posee ojos con el iris policromado en tonos castaños, con la mirada perdida en el horizonte; recorren por sus pómulos tres lágrimas de cristal que simbolizan tres de las cinco angustias padecidas por la Virgen: Lágrimas de los que, lejos del pecado, empiezan a querer servir a Dios; Lágrimas de los que aman con perfección a Dios y al prójimo; y, Lágrimas de dulzura, derramadas con gran suavidad por la unión íntima del alma con Dios.
A finales de 2006, es restaurada por el Profesor Sr. D. Antonio Ramos Notario.
El tercer día del quinario, se realiza en honor a los hermanos difuntos.