El 5 de mayo de 1914, la corte de Madrid anunció el compromiso entre María Luisa y el príncipe Fernando de Baviera y Borbón, quien era catorce años menor que la cortesana.
El príncipe era viudo de la infanta María Teresa de Borbón, hermana de Alfonso XIII e hija de la reina María Cristina, por lo que la decisión disgustó enormemente a la familia real, especialmente, a la reina viuda, quien vería a su dama de honor convertirse en sustituta de su difunta hija.
[3][1][4] Los padrinos, Luis Fernando de Baviera y María de la Paz de Borbón (padres del príncipe Fernando), no asistieron a la ceremonia permaneciendo en Múnich a causa de haber sido declarada la Primera Guerra Mundial.
A causa de la desigual unión, Fernando de Baviera renunció a sus derechos al trono bávaro, aunque mantuvo el título y el tratamiento de príncipe, además del de infante que le había concedido el rey al naturalizarse español (1905).
[5][1] Tras proclamarse la Segunda República, la pareja se exilió a Mónaco, en donde vivió hasta 1941, cuando se le permitió regresar a España.