Fue una de las últimas brujas más renombradas del cantón.
De esta bruja se cuenta que tenía el poder de transformarse en una gran chancha negra que asustaba por los antiguos barrios del Escazú rural.
La principal leyenda alrededor de María La Negra dice que una madrugada fue descubierta por su abuelo Talí cuando realizaba un ritual en una quebrada detrás de su casa, completamente desnuda y en trance.
Cuando él salía a averiguar lo que pasaba, encontraba todo tranquilo, como si nada hubiese pasado, tan solo se percibía el olor a estiércol.
La leyenda dice que cuando la bruja murió, tembló tan fuerte en Escazú que la vieja casa de barro de María La Negra se desplomó, quedando por completo destruida.