María García Ibáñez

María dibuja desde pequeña ya que esa ha sido su manera de interpretar su entorno:Siempre tuve una relación estrecha con el arte, aunque mis padres se dedicaban a la ciencia me inculcaron un gran respeto por el arte y la cultura.

[5]​En 1999 ganó la Beca Erasmus para realizar un curso académico en la Academia Albertina di Belle Arti en Turín, Italia.

[6]​En el 2002, después de terminar la licenciatura en Bellas artes en la Universidad Complutense, realizó un máster en Tecnologías Digitales.

[5]​ En ese momento la artista fue siguiendo caminos creativos que la alejaron del ámbito académico para concentrarse en la producción de su obra.

[5]​Así es como García Ibáñez articula todos sus proyectos a partir del dibujo pero no en el sentido de hacer bocetos o de planificar desde y sobre el papel, sino en tanto medio del proceso creativo mismo que después va extendiéndose a otras técnicas.

Una herramienta que me da las pautas para saber cómo enfrentarme a cada proyecto y que resuelvo de distintas maneras según el caso: desde el papel tradicional, hasta ladrillos, tela recortada, cerámica o textil.

[6]​[11]​ Los asuntos más habituales en su obra son preguntas por el origen, el territorio, las raíces y la pertenencia.

[5]​ También sobresalen sus insistentes reflexiones sobre la orografía, la arqueología y la arquitectura,[10]​así como las estructuras orgánicas en los seres vivos.

En la artista la noción de morar o de anidar tiene un sentido tan básico como complejo y no se encuentra necesariamente vinculado a un espacio fijo:En mis proyectos abordo conceptos relacionados con el “habitar” desde distintos ángulos.

Los hallazgos y los rumbos los encuentro en el hacer, a veces intuyes que has resuelto alguna clave, un pequeño descubrimiento, pero no siempre le encuentras su lugar en el presente, por eso hay obras o ideas que vuelven a aparecer y se reubican años más tarde, con un sentido nuevo, más claro.

Como lo menciona Desjardins,[10]​una de ellas es el cuerpo nómada que se desplaza y habita nuevos lugares.

[5]​El petate, un tejido hecho a mano con fibras de palma, era un elemento central en aquella muestra por ese carácter repetitivo y por su funcionalidad variable.

Es sorprendente que un material como el barro, después de manipularlo, termine siendo una piedra gracias al fuego.

[5]​ García Ibáñez es también co-fundadora, junto con la artista mexicana Gabriela León, del proyecto colectivo La Polinizadora que surge en el 2021, aunque la amistad y colaboración entre María y Gabriela se remonta al 2019 cuando se conocieron en Oaxaca.