Allí se citaban Agustín Ibarrola y su hermano, Blas de Otero, Gabriel Celaya, Jiménez Pericás, en ocasiones Gabriel Aresti entre otros muchos.
Colaboró en actividades antifranquistas junto a su marido Gonzalo e, imbuida de una profunda conciencia social, decidió realizar, junto a Ismael Fidalgo y Agustín Ibarrola, exposiciones itinerantes por los pueblos de Vizcaya,[3] con el objetivo de acercar el arte al pueblo.
[4] Poco después creó, junto a Agustín Ibarrola y Dionisio Blanco, Estampa Popular de Vizcaya.
Aquí, a través del grabado, creó obras de gran dureza temática, impactantes, políticamente comprometidas y con una alta carga social.
Estuvo encarcelada dos años,[7] época que relató en su libro ¡Sr.