Manuel de Oraá

Al año siguiente comienza su relación con las Islas Canarias, al ser nombrado arquitecto municipal de Santa Cruz de Tenerife.

Con la creación de esta plaza de arquitecto provincial, Oraá desarrolla una ingente labor constructiva en los diferentes municipios, no solo en cuanto a obras y proyectos sino como asesor en asuntos de arquitectura, urbanismo y medio ambiente.

En 1862 abandona las islas y se traslada a Madrid, donde ejerce como arquitecto de distrito.

[2]​ Se trasladó a Segovia, donde su hijo Marcelino comenzó su carrera militar e ingresó en la academia de Artillería.

La implicación de ambos en la tercera guerra carlista les obliga a abandonar el país, pasando a San Juan de Luz (Francia) en 1873.

El Teatro Guimerá , una de los edificios clave en la obra de Manuel de Oraá.