Manuel de Jesús Subirana

[1]​ Subirana, entró a temprana edad en el seminario de la ciudad de Vich del cual se ordenó en el año de 1834, fue nombrado sacerdote en su ciudad natal hasta 1845; se embarcó hacía Cuba a la cual llegaría en 1850, donde emprendió su labor misionera bajo auspicios del arzobispo Antonio María Claret y Clara, en 1856 a 1857 lo encontramos en la Diócesis de San Salvador, bajo dirección del obispo Tomás Saldaña y Olivares.

Subirana, luego se trasladó a La Mosquitia hondureña, sector oriental del país colindante con Nicaragua, su misión era la de evangelizar a los habitantes de dicha región, divididos en: Zambos, Payas, Misquitos, Jicaques, Toacas, Sumos caribes y otros, que en gran número tenían creencias paganas y supersticiosas.

El cacique Cohayatbol se resistía a toda enseñanza y evangelización cristiana del misionero Subirana, hasta que un día dicho cacique sufrió un fuerte dolor de cabeza, por lo cual fue llamado el padre Subirana, quien rezó y el dolor de cabeza desapareció; desde ese día en la montaña Pijol el cacique Cohayatbol se convirtió al cristianismo, bautizándose y convirtiéndose a la nueva fe.

Según sus informes llegó a bautizar unos 9,000 xicaques, es decir casi la totalidad de los que vivían en esa época.

Por consiguiente, las suplicas fueron escuchadas y Dios provocó una lluvia de peces, en aquel lugar.