Una vez que la lluvia ha cesado, los pobladores encuentran cientos de peces esparcidos por el suelo, aún vivos.
Por el momento no se poseen pruebas científicas de este hecho.
Algunos expertos creen que la lluvia de peces podría deberse a un fenómeno meteorológico (véase Tromba marina).
[2] Otra versión asevera que este fenómeno podría ocurrir probablemente por instinto de los peces o debido a alguna variación en el clima.
Al caer, los peces se inquietan considerablemente, llegando en muchos casos hasta a perforar el suelo de poco espesor.