Participó en las luchas contra las dictaduras de Gerardo Machado y Fulgencio Batista.
El nuevo gobierno revolucionario consistió en gran parte de políticos cubanos veteranos y liberales que incluían a José Miró Cardona, que sería designado como primer ministro de Cuba por Urrutia.
[2] Una vez en el poder, Urrutia comenzó rápidamente un programa para cerrar todos los prostíbulos, casinos y loterías, bajo el argumento de que estos habían sido durante mucho tiempo una influencia corruptora sobre el estado cubano.
Urrutia negó la acusación y emitió una orden judicial contra el periódico por difamación.
Esta historia avivó las tensiones entre el gobierno revolucionario y el presidente, que también rechazó públicamente tener desacuerdos con Fidel Castro.
Aunque Fidel Castro renunció brevemente como primer ministro en protesta, ese mismo día denunció también al gobierno de Urrutia, por considerar que su "febril anticomunismo" estaba teniendo un efecto perjudicial en el gobierno cubano.