Aunque solicitó una beca no se la concedieron porque le faltaba el certificado de prisiones.
Allí admira las obras de artistas como Fortuny, Goya y Velázquez.
Muñoz Barberán fija su residencia en Sangonera la Seca, Murcia aunque son frecuentes sus viajes a Madrid, que aprovecha para completar su formación acudiendo al Círculo de Bellas Artes y realizando copias de los cuadros del Museo del Prado.
Realizó una amplísima actividad artística e hizo un viaje por Portugal con Molina Sánchez.
Desde allí se proyectó a toda la región pintando en poblaciones como Mula, Cieza, Hellín, Jumilla o Lorca.
Con su peculiar e inconfundible estilo supo plasmar los más atractivos escenarios de nuestra tierra y todos aquellos acontecimientos festivos tradicionales que, a través de su mirada, siguen causando singular seducción.
Centenares de colaboraciones con las que formaría dos interesantes libros: Sepan Quantos... y Ventana al ayer.
Ese trabajo biográfico, más un pormenorizado estudio de literatura comparada, fue la base que le llevó a atribuir al escritor el Quijote apócrifo, tesis que explanó en una intensa monografía (Sobre al autor del Quijote apócrifo).