[1] Bernardo Bergöend creó la Asociación Católica de la Juventud Mexicana para fomentar entre los jóvenes el odio a la democracia y buscaba la restauración del poder de la Iglesia, al igual que otras organizaciones que la contraofensiva tenía a cargo.
Incluso antes de su llegada a la presidencia, Calles ya era conocido como el político más anticlerical del país.
La Liga Nacional para la Defensa de la Libertad Religiosa y Calles no buscaban un arreglo sino aniquilar al otro.
4.– La actitud admirable de los “Libertadores” es tanto más asombrosa, cuanto que ha roto con las prácticas y los procedimientos que han seguido en México, cuantos han requerido las armas para defender sus derechos contra la autoridad o para satisfacer sus ambiciones.
Así ella, con todo derecho, se ha convertido en la genuina y legítima representación nacional.
6.– El desarrollo de los acontecimientos exige que se ponga ya remedio a las deficiencias apuntadas.
7.– Por esa causa, ha determinado nombrarme Jefe Militar del Movimiento Libertador y en nombre de la nación, me ha investido de las facultades necesarias en Hacienda y Guerra para cumplir con la ardua misión que me ha encomendado.
Ella responderá ante la nación, ante la Historia y ante Dios de por qué me ha designado a mí.
10.– Además, los acontecimientos actuales han proporcionado el medio de suprimir las asperezas que la vieja Constitución contenía.
11.– Pero si la voluntad de la nación se ha expresado ya una vez, debe conservarse expedita la vía para manifestarse.
Esa tendencia, esas aspiraciones, deben ser reconocidas y son aceptadas por los “Libertadores” sin temor.
Refiriéndonos al llamado problema agrario, declaramos: que habiendo la revolución creado ciertos intereses más o menos ilegítimos, cuyo desconocimiento lastimaría el bien público en grado sumo, nuestra autoridad tomará medidas conducentes a lograr un convenio equitativo entre expropiados y despojadores y sentará las bases para que aquéllos reciban la justa indemnización y éstos, títulos de origen sin tilde o lacra.
13.– Cuando las naciones pasan por los duros y gloriosos trances porque va atravesando nuestra patria, toman resoluciones radica- les en su vivo anhelo de salvarse.
Con todo valor debemos ver el porvenir, no sólo para aceptar con los brazos abiertos las reformas sociales en el mundo del trabajo, sino también para aceptar entusiasmados la colaboración que la mujer debe prestar en los trabajos de redención patria.
I.– Nombrado por la genuina representación nacional, asumo el cargo de Jefe Militar del Movimiento Libertador.
VII.– Se tendrán como válidas cuantas disposiciones hayan sido expedidas hasta la fecha, que tengan por objeto reconocer el derecho de los hombres de trabajo para sindicalizarse, hacer valer sus derechos, defenderlos y mejorar su condición, siempre que sean justas.
XI.– El Jefe Militar tendrá todas las facultades que sean necesarias en los ramos de Hacienda y Guerra.
[11] Morrow redactó el memorándum y fueron publicados los arreglos, en los que la ley de Calles fue suspendida aunque no derogada, se otorgó amnistía a los rebeldes, se restituyeron las iglesias y la Iglesia pudo realizar nuevamente los cultos.