Su padre convirtió a Saluzzo en una ciudad libre gobernada por un alcalde en su nombre, pero fue Manfredo el que desarrolló un contrato que definía las normas y relaciones entre el marqués y la ciudad.
Manfredo aumentó el territorio del marquesado anexionándose tierras y castillos por acuerdos con otras familias feudales.
Por ejemplo, en 1322 el marqués Del Carretto cedió Cairo Monttenotte, Rocchetta y Cortemilia a Saluzzo a cambio de que Manfredo pusiese en orden todas las deudas que tenía con su familia.
El primogénito, Federico, quedaba relegado con una miserable porción de territorio, lo que desató un grave conflicto sucesorio.
En un primer momento, Giovanni y Giorgio, hermanos del marqués, intentaron hacer de mediadores presentando un acuerdo por el que Federico era reconocido como heredero, mientras que a su hermanastro se le compensaba manteniendo muchas de las tierras que tenía asignadas y otros títulos nobiliarios.