Ella representaba al mar y sus mareas, se le identificaba con la misma agua de lluvia que cae para fertilizar la tierra, estaba relacionada con los lagos, ríos y las fuentes de agua, y se consideraba que los manantiales eran sus hijos.
Era una de las Cuatro Madres elementales; las otras tres eran la Pacha Mama (diosa de la Tierra), Mama Nina (diosa del fuego) y Mama Huayra (diosa del viento).
[1]Comúnmente se le rendía culto para calmar las aguas bravas (ejemplo: maremotos, tempestades, etc.) y para obtener buena pesca.
Así labraron la tierra, que al poco tiempo dio sus frutos.
También era venerada en los poblados cercanos a lagos y lagunas.