Tras la expulsión de los turcos en 1686, la Paz de Karlowitz convirtió a esta zona en un puesto fronterizo, con lo cual se asentaron en la nueva localidad familias militares serbias.
En 1750, la reina María Teresa disolvió el régimen fronterizo especial, provocando que los serbios emigraran y que el lugar fuese repoblado por rumanos.
Actualmente es un pueblo donde los magiares son mayoría étnica, aunque existen notables minorías de gitanos y rumanos.
[3][4][5][6] Se ubica sobre la carretera 43 en la periferia suroriental de la capital distrital Makó, junto a la frontera con Rumania marcada por el río Mureș.
Al otro lado del río se ubica próxima la localidad rumana de Cenad.